UN TRAGUITO DE RON CUBANO
Tengo 26 años y estoy sentada en una esquina oscura con un cigarro en la mano imaginando formas en el humo...Recuerdo hace un tiempo, cuando tenía 20, la vida me sonreía, pero yo no lo sabía.
Tenía todo y no lo sabía...tenía tanto que fui capaz de botar mis bombones a la basura, todo por quedarme con el pan de cada día, pan que para entonces me sabía a torta...Y quien sabe al principio fue torta realmente, pero con el paso del tiempo...sólo quedaba el sabor engañando mis sentidos...Y no culpo a nadie, fue mi locura, mi esquizofrenia y mi paranoia las que convirtieron la torta en pan y mantuvieron el sabor del engaño en mi boca...
Pero en fin, lo que importa es que desperdicié muchas cosas, bombones finos e importados, nacionales, con licor y con pasas, con trufas y sin relleno, boté todos los bombones al basurero y me quedé con el pan de cada día...
Y creía que estaba bien porque ese pan me supo a torta...
Y como uno siempre piensa que será joven eternamente, me di el desplante de botar mis bombones a la basura, sin pensar que tal vez y sólo tal vez algún día no tendría dientes para el pan y necesitaría algo suave como mis bombones...
Cuando entré en razón descubrí que cuando tiras los bombones a la basura, ya no los puedes levantar, porque la basura de unos es el tesoro de otros...
Y quise reemplazar esos bombones con un amargo chocolate barato que sólo me mostró el camino de la realidad...Un chocolate amargo del cual tengo un buen recuerdo porque me mostró que la vida uno no la tiene comprada, ni siquiera alquilada y que un paseo bajo la lluvia, una llamada a la loca, un mail a escondidas, una mirada, una sonrisa pueden más que 10000 años de soportar...
Y ahora, sentada en mi oscuro rincón con mi cigarro en la mano, adivinando las formas del humo en la oscuridad...lo único que me queda (ya no son mis caros bombones echados al basurero, ni la deliciosa torta, ni siquiera mi pan con sabor a engaño) es un trago de ron cubano, fuerte y estimulante, pero sólo un trago que pasará rápido por mi garganta, llegará a mi corazón y se irá tan rápido como vino y tengo una botellita de alcohol barato, antiguo por 9 años que sé no es lo que yo quiero...pero eso es lo que tengo.
Bueno, hoy sentada en mi rincón, a mis 26 años, con un cigarro en la mano, adivinando las formas del humo en la oscuridad, voy a tomarme el ron cubano de un solo trago y sin respirar. ¡Salud! Mi justiziero, es irónico, pero jamás estaremos juntos, jamás seremos el uno para el otro, aunque queramos...
Y ahora que pasó el breve efecto de ese sabroso ron, voy a tomarme la botella de alcohol, para pasar el dulce sabor de una ilusión y regresar los pies a la tierra con el sabor del pasado. ¡Salud! Ojos de cielo, sigue buscando tu camino, yo ya encontraré el mío que aunque queramos no se cruzarán más...
Bueno, ya no tengo nada, casi. Tengo mis pies y mis manos, tengo mis ojos y mi cabello, tengo mi nariz y sobre todo, aún me queda mi cigarro en la mano, en esta oscura esquina donde estoy sentada...
Pero ya no tengo miedo, porque en medio de la oscuridad descubrí que (esto es algo que algunos quisieran con toda su alma) yo SE VOLAR y no importa que alrededor de mi esquina oscura haya un precipicio, yo volaré por sobre el hasta alcanzar nuevamente la tierra firme...
Siento mucho por todo lo que voy a dejar atrás, pero estoy sin culpa alguna, mi corazón es y será un eterno turista, un gitano...y siguiendo el consejo de personas sabias, volaré, sin correr, sin caminar, volaré hacia el atardecer, al anochecer, a la inmensidad de mi corazón para encontrar mi destino.
Porque mi destino no es quedarme estancada en esta esquina oscura que me sirvió de refugio este tiempo, ni quedarme en una casita con 5 hijos, 3 perros y 2 gatos, tampoco es vivir comiendo pan con sabor a torta, ni soñar con el sabor del ron cubano que sólo probé, ni revivir el pasado con la botella de alcohol barato, no, ese no es mi destino...
Mi destino es volar junto con un angelito que elevó sus alas hace más de cuatro años, claro, eso es después de asegurar bien lo que he sembrado en la tierra...
Tenía todo y no lo sabía...tenía tanto que fui capaz de botar mis bombones a la basura, todo por quedarme con el pan de cada día, pan que para entonces me sabía a torta...Y quien sabe al principio fue torta realmente, pero con el paso del tiempo...sólo quedaba el sabor engañando mis sentidos...Y no culpo a nadie, fue mi locura, mi esquizofrenia y mi paranoia las que convirtieron la torta en pan y mantuvieron el sabor del engaño en mi boca...
Pero en fin, lo que importa es que desperdicié muchas cosas, bombones finos e importados, nacionales, con licor y con pasas, con trufas y sin relleno, boté todos los bombones al basurero y me quedé con el pan de cada día...
Y creía que estaba bien porque ese pan me supo a torta...
Y como uno siempre piensa que será joven eternamente, me di el desplante de botar mis bombones a la basura, sin pensar que tal vez y sólo tal vez algún día no tendría dientes para el pan y necesitaría algo suave como mis bombones...
Cuando entré en razón descubrí que cuando tiras los bombones a la basura, ya no los puedes levantar, porque la basura de unos es el tesoro de otros...
Y quise reemplazar esos bombones con un amargo chocolate barato que sólo me mostró el camino de la realidad...Un chocolate amargo del cual tengo un buen recuerdo porque me mostró que la vida uno no la tiene comprada, ni siquiera alquilada y que un paseo bajo la lluvia, una llamada a la loca, un mail a escondidas, una mirada, una sonrisa pueden más que 10000 años de soportar...
Y ahora, sentada en mi oscuro rincón con mi cigarro en la mano, adivinando las formas del humo en la oscuridad...lo único que me queda (ya no son mis caros bombones echados al basurero, ni la deliciosa torta, ni siquiera mi pan con sabor a engaño) es un trago de ron cubano, fuerte y estimulante, pero sólo un trago que pasará rápido por mi garganta, llegará a mi corazón y se irá tan rápido como vino y tengo una botellita de alcohol barato, antiguo por 9 años que sé no es lo que yo quiero...pero eso es lo que tengo.
Bueno, hoy sentada en mi rincón, a mis 26 años, con un cigarro en la mano, adivinando las formas del humo en la oscuridad, voy a tomarme el ron cubano de un solo trago y sin respirar. ¡Salud! Mi justiziero, es irónico, pero jamás estaremos juntos, jamás seremos el uno para el otro, aunque queramos...
Y ahora que pasó el breve efecto de ese sabroso ron, voy a tomarme la botella de alcohol, para pasar el dulce sabor de una ilusión y regresar los pies a la tierra con el sabor del pasado. ¡Salud! Ojos de cielo, sigue buscando tu camino, yo ya encontraré el mío que aunque queramos no se cruzarán más...
Bueno, ya no tengo nada, casi. Tengo mis pies y mis manos, tengo mis ojos y mi cabello, tengo mi nariz y sobre todo, aún me queda mi cigarro en la mano, en esta oscura esquina donde estoy sentada...
Pero ya no tengo miedo, porque en medio de la oscuridad descubrí que (esto es algo que algunos quisieran con toda su alma) yo SE VOLAR y no importa que alrededor de mi esquina oscura haya un precipicio, yo volaré por sobre el hasta alcanzar nuevamente la tierra firme...
Siento mucho por todo lo que voy a dejar atrás, pero estoy sin culpa alguna, mi corazón es y será un eterno turista, un gitano...y siguiendo el consejo de personas sabias, volaré, sin correr, sin caminar, volaré hacia el atardecer, al anochecer, a la inmensidad de mi corazón para encontrar mi destino.
Porque mi destino no es quedarme estancada en esta esquina oscura que me sirvió de refugio este tiempo, ni quedarme en una casita con 5 hijos, 3 perros y 2 gatos, tampoco es vivir comiendo pan con sabor a torta, ni soñar con el sabor del ron cubano que sólo probé, ni revivir el pasado con la botella de alcohol barato, no, ese no es mi destino...
Mi destino es volar junto con un angelito que elevó sus alas hace más de cuatro años, claro, eso es después de asegurar bien lo que he sembrado en la tierra...